¿Puedo convertir mi coche gasolina en eléctrico?

2022-07-02 07:14:27 By : Ms. Lucia Zhang

El hecho de convertir un coche gasolina o diésel en coche eléctrico tiene un nombre, se denomina retrofit. Es algo que sí se puede hacer, y a efectos teóricos se podría hacer en cualquier coche que a día de hoy está funcionando con un motor térmico alimentado por gasolina o por diésel. En la práctica, eso sí, puede llegar a ser una gran complicación tanto por la forma de hacerlo como por la forma de legalizarlo.

Lo más lógico, si se busca ser realmente ecológicos, es que progresivamente los coches gasolina y diésel se fuesen transformando en coches eléctricos. De este modo, todos los componentes válidos –y no contaminantes- de un vehículo térmico podrían extender su vida útil. Y por tanto, se reduciría la contaminación que se lleva a cabo por la propia producción del vehículo, fuera de la combustión del motor. Y efectivamente, sí, sí se puede transformar cualquier coches gasolina, y diésel, en un coche eléctrico.

El proceso arranca por quitar toda la mecánica relacionada con el motor térmico de ese coche gasolina o diésel. Hay que retirar el motor, la línea de escape, el depósito de combustible, el sistema de transmisión y otros componentes. El siguiente paso es diseñar todo el sistema eléctrico que va a llevar, decidiendo cuál va a ser su motor eléctrico y cuál va a ser la batería a instalar, pero también el cableado, los fusibles, los conectores, terminales y un largo etcétera.

Cuando se monta todo este nuevo sistema de propulsión eléctrico, y a priori ya habríamos convertido el coche gasolina en eléctrico, queda adaptar el resto de mecanismos como la dirección asistida o el sistema de alumbrado. Y una vez que se ha terminado todo este proceso, el último paso sería la homologación, que se tiene que llevar a cabo con un proyecto de reforma –firmado por un ingeniero- instalado por un taller que garantice que la instalación se ajusta a la norma y cumple el proyecto de reforma.

El problema es que la homologación puede tener un coste de varios miles de euros; de hecho, esta homologación puede ser tan costosa como un coche en sí mismo. Eso es lo que no permite que los retrofit lleguen a calar en el mercado. ¿La alternativa? Hay empresas que deciden hacer la homologación en otros países europeos que son más permisivos. Y es que, se homologue en el país que se homologue, si es en un país europeo, la homologación será válida en España.

La otra solución, por la que optan muchas empresas, es la de hacer homologaciones conjuntas. Es decir, que se juntan varios propietarios de un mismo modelo de vehículo, hacen exactamente el mismo retrofit y reparten los costes de la homologación entre todos ellos. Haciéndolo de este modo, un coche sencillo y con una autonomía reducida puede suponer un coste de entre 10.000 y 20.000 euros. Eso es lo que a mucha gente le está costando convertir un coche gasolina o diésel en un coche eléctrico, pero haciéndolo de esta forma más inteligente.

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