Elección del contralor Rodríguez inaugura la mermelada de Petro en el Congreso

2022-08-21 08:40:02 By : Ms. Marilyn Gao

El nuevo contralor Carlos Hernán Rodríguez se dirige a la plenaria del Congreso

El Congreso acaba de elegir, con 260 votos de 288 posibles, al abogado Carlos Hernán Rodríguez como nuevo Contralor General de la Nación. La elección marca la primera prueba del poder y la gobernabilidad del Gobierno de Gustavo Petro en el Congreso. Petro la pasó con holgura, mostrando, entre otras, que arranca usando prácticas políticas de influir sobre el Congreso que había criticado antes.

Estas son las claves que deja la elección:

Como candidato presidencial en 2018, Gustavo Petro lanzó una de sus muchas denuncias contra la práctica de conseguir mayorías en el Congreso con puestos y presupuesto: “La mermelada, así se extendió la corrupción. ¿Van a permitir que se entregue a Colombia a las asociaciones políticas para delinquir?”, escribió a propósito de una noticia sobre cupos indicativos.

Pero dos semanas después de posesionarse como Presidente está claro que Petro va a hacer lo mismo que criticaba de sus antecesores. La misma hipocresía permea a la bancada del Pacto Histórico y a los aliados del Partido Verde del presidente Petro, quienes han guardado silencio ante la operación política para elegir al contralor. Incluyendo a los que hasta hace poco fueron activistas histriónicos en contra de la mermelada de Duque, como Catherine Juvinao, Katherine Miranda y Ariel Ávila.

Aunque sus aliados niegan que el presidente se haya involucrado para mover la elección, según una persona cercana a Petro, la elección de Rodríguez refleja una de las lecciones del paso de Petro por la Alcaldía de Bogotá: moverse para que en los órganos de control haya personas de la cuerda del Gobierno. Esto, en contravía de su discurso público sobre los peligros de la falta de independencia de los entes de control, de los que fue víctima al ser destituido de esa Alcaldía por el procurador Alejandro Ordóñez.

Ahora en el Gobierno, Petro se jugó a fondo para asegurar que su candidato, Carlos Hernán Rodríguez, consiguiera un apoyo casi unánime de los partidos tradicionales, que ya habían anunciado que apoyarían a otra candidata, María Fernanda Rangel.

Los votos de Rangel se fueron evaporando después de la posesión de Petro, quien le dio participación al Partido Conservador, el Liberal y a La U en su gabinete para formar una coalición mayoritaria en el Congreso armada con puestos. Luego, varias maniobras del ministro del Interior, Alfonso Prada, y del presidente del Congreso, Roy Barreras, hicieron valer esas mayorías y terminaron de generar una desbandada de apoyo hacia el candidato Rodríguez.

Parte de la apuesta, además de influir en la elección de contralor, era mostrar la eficacia de los operadores políticos de Petro (Prada y Roy) de cara a las reformas que vienen en el Congreso.}

Las movidas del anterior Congreso habían dejado el nombre de Rodríguez por fuera de la lista de finalistas. Por eso Roy Barreras y David Racero, el presidente de la Cámara del Pacto Histórico, se movieron para formar una comisión accidental que rescató su nombre, dejando dudas de vicios jurídicos en el proceso.

El nombre de Rodríguez llegó en la lista de 10 finalistas con la señal clara de que era el favorito del Gobierno de Petro. El jurista no es del grupo político del presidente, y terminó siendo la opción preferida de una lista que había confeccionado el anterior Congreso, durante el Gobierno Duque, que había excluido a candidatos de sectores alternativos. Rodríguez, además había obtenido el mejor puntaje en el examen de méritos que hizo la Universidad Industrial de Santander.

La bancadas enteras del Pacto Histórico, el Partido Conservador, La U, el Partido Liberal y hasta el Centro Democrático, le cantaron su apoyo en la votación secreta. En su discurso Rodríguez agradeció a las bancadas, y generó aplausos de los congresistas cuando dijo que buscaría controlar las persecuciones locales que se dan a través de las contralorías regionales: “no pueden ser herramientas de chantaje”.

Rodríguez es un político y abogado del Valle del Cauca del que no se conoce mucho. Por casualidad esquivó el secuestro de las Farc cuando era diputado del departamento porque estaba en una cita médica con su hijo. Sus vínculos políticos más conocidos son regionales, con Angelino Garzón y Juan Carlos Abadía. Pero desde hace varios años ha escalado sin hacer mucho ruido por entidades de control.

Ahora llega a una entidad que tiene un presupuesto anual de más de un billón de pesos anuales, un poder aumentado tras una reforma constitucional que reforzó sus capacidades, y la misión de vigilar el gasto público de funcionarios como ministros, alcaldes y gobernadores, muchos de los cuales son aliados de los congresistas que hoy lo eligieron.   

La elección del contralor mostró que los hombres del presidente del cambio son dos operadores experimentados que llevan en la política muchas décadas. Ambos han pasado por partidos tradicionales, ambos trabajaron con el Gobierno de Santos, cuando se acuñó el término “mermelada”.

Roy Barreras y Alfonso Prada fueron claves para voltear una elección del contralor, que en un momento parecía cantada por una candidata que no era la del Gobierno Petro. El poder de la presidencia se hizo sentir en el Congreso a través de ambos, con roles distintos.

El senador Barreras movió los hilos del procedimiento legislativo y alineó a la díscola bancada del Pacto Histórico. Y el minInterior Prada persuadió a los partidos tradicionales, que están estrenando ministerios en el Gobierno de Petro, para que cambiaran sus votos para apoyar a Rodríguez.

La Silla Vacía consultó a varios congresistas de varios partidos que estuvieron con Prada. Ninguno habló de que hubiera recibido ningún ofrecimiento directo de puestos o partidas presupuestales. Sin embargo, todos entendieron que, como ha funcionado en el pasado, el apoyo al candidato del Gobierno venía como un gesto que contaría con el agradecimiento del presidente. A fin de cuentas, los mensajeros eran viejos conocidos.  

María Fernanda Rangel era la candidata de Felipe Córdoba, el actual contralor. Rangel trabaja en la Diari, una dirección que usa inteligencia artificial para detectar casos de posible corrupción, que Córdoba creó como una de sus contribuciones insignes para la Contraloría.

Y Rangel alcanzó a acariciar el puesto de su jefe, cuanto, liderados por el Partido Liberal, los demás partidos tradicionales le cantaron oficialmente su apoyo. Tenía mayorías dos semanas antes de la elección, lo que desafiaba al Gobierno Petro y mostraba el músculo del actual contralor.

Durante su periodo, Córdoba llenó el control fiscal de amigos de los políticos que lo eligieron. Pero ese poder no resistió al del nuevo presidente, que en una muestra de fuerza lo deja sin una sucesora amiga.

Ni siquiera la insistencia del Partido Liberal logró salvar a Rangel. Hasta el martes en la tarde, los liberales estaban contando votos y buscaban atajar la desbandada de políticos hacia el candidato del presidente. Especialmente los más cercanos al presidente del partido, César Gaviria, como el senador Mauricio Gómez.

Sin embargo, el apoyo a Rangel se quebró en esa bancada de la mano de los rivales de Gaviria dentro del partido, liderados por el exsenador Julian Bedoya. Por eso la elección del nuevo contralor Rodríguez viene como una victoria doble del presidente Petro, quien además de poner al candidato que escogió, vence a Gaviria y a Córdoba donde mejor se desempeñan: la política menuda. 

Aunque es el único partido tradicional aliado de Petro que no se ha declarado oficialmente de gobierno, el Partido Conservador se ha vuelto la clave de la gobernabilidad del nuevo presidente. A diferencia de La U y el Liberal, que debieron conformarse con cuotas en el gabinete que son más cercanas a Petro que a sus propios partidos, el representante de los godos es el ministro de Transporte Guillermo Reyes, abogado y amigo del presidente conservador Carlos Trujillo (también cercano a Petro por estar casado con una amiga de la primera dama).

Los conservadores fueron claves, primero, para que los aliados de Petro obtuvieran la presidencia de la Cámara para David Racero. Negociaron a cambio varios puestos claves en las comisiones, como la presidencia de la comisión primera y la secretaría general de la Cámara.

Y esta semana el Conservador fue el primer partido tradicional que volteó su voto para la elección de Contralor y se la jugó por el candidato con el guiño del gobierno. Trujillo estuvo muy activo en el Congreso cambiando la tendencia hacia Rodríguez, y su gestión con los godos detonó el efecto dominó que montó a los otros partidos en la elección del Contralor que promovía Petro.

En el tramo final de la elección del contralor la atención mediática sobre el Congreso estaba en otro lado. El nuevo senador JotaPe Hernández, el tercero más votado en estas elecciones, copaba titulares de prensa con su proyecto de reducción de salarios de congresistas. JotaPe se trenzó en una agria disputa con otros congresistas, varios de ellos también influenciadores de redes sociales, porque algunos no querían apoyar su versión de la iniciativa.

Mientras tanto, en tras escena, el Gobierno Petro y sus aliados del Pacto alineaban a las bancadas de los partidos tradicionales para escoger a Rodríguez, el funcionario que vigilará el gasto público del Estado. A pesar de los múltiples diagnósticos de expertos sobre la importancia de estas elecciones, la indignación por la corrupción estaba en otra parte. 

Esta fue la segunda vez que la elección del Contralor se hizo por concurso de méritos porque así lo dispuso una Ley de 2018. Antes se hacía por designación de una terna por parte de las cortes.

Pero a diferencia de 2018 cuando el concurso arrancó en julio, esta vez la saliente mesa directiva del Congreso en cabeza del conservador Juan Diego Gómez y la uribista Jennifer Árias decidió adelantarlo desde febrero. Y para eso contrató a la Universidad Industrial de Santander, UIS, para hacer la prueba de conocimiento y la revisión de las hojas de vida.

Con eso, Gómez y Árias, se aseguraron de tener mayorías y calendario para definir vía una comisión accidental quiénes eran los 10 finalistas. Todo, antes de las elecciones presidenciales.

Eso condujo a un enredo judicial desde el principio. Primero, porque unos concursantes denunciaron que las preguntas de la prueba de conocimientos estaban enfocadas a temas relacionados a planeación para, presuntamente, favorecer a Luis Alberto Rodríguez, exdirector de Planeación Nacional del gobierno de Iván Duque, quien, como contamos, partía con preferencias.

Luego porque el filtro que hizo la UIS dejando 20 preseleccionados se hizo con base en requisitos como tener producción bibliográfica, cuyos criterios de revisión fueron débiles. Por ejemplo, varios finalistas presentaron libros electrónicos que se publicaron días antes de que arrancara el proceso.

"Esta será la última vez que se elija Contralor de esta manera”, anunció Barreras cuando posesionó a Rodrígez. 

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